Conversando con un ciudadano Iraní
en DC, me di cuenta o mejor dicho reafirme la impresión que tienen de nosotros
los latinos y en especial los centroamericanos en este país (E.E.U.U.). Dicha
persona me comenzó a hablar español-no tan bien, pero igual impresionante-, yo
no tuve otra opción que preguntar: ‘’Donde aprendio español, señor?’’ Mofandose
y a la vez sin culparlo de una manera ingénua me aseguró: ‘’Las mamás en América
Latina les dicen a sus hijos que no tienen que aprender inglés cuando vienen
acá.’’ En ese momento, sentí que una energía extraña se cruzaba por todo mi
cuerpo; era una especie de rabia mezclada con tristeza. Sí, es cierto la mayoría
de latinoamericanos en este país construye una especie mini-comunidad-burbuja
que gira alrededor de su cultura, raices, costumbres y lenguaje, bueno ahora no
seria correcto llamarla mini comunidad porque somos tantos que minimalizarnos
numéricamente está de más, ya que la minimización social que enfrentamos es
suficiente. Creo que es necesario pensar un poco más nuestras realidades.
Contextualizando un poco del porque
tanta falta de ‘’integración’’ o mejor dicho ‘’asimiliación’’ a este país, es
importante primeramente ver como esto evidencia la irresponsabilidad social de
muchos gobiernos latinoamericanos. Hagamos memoria de como la población
centroamericana en especial la comunidad salvadoreña se ha convertido en una de
las más presentes en el área metropólitana de la capital estadounidense. En los
años 80, periodo importantísimo para explicar muchas coyunturas
latinoamericanas, se registró una fuerte migración femenina de centroamericanas
en especial salvadoreñas en está area lo cual explica parte del fenómeno. Según
el libro ‘’Waiting in Washington’’, Repak hace un recuento de las experiencias
acontecidas a muchas mujeres en materia migratoria (Repak, 1995) . En primer
lugar, ellas no solo fueron parte de una previa migración masiva a la capital
salvadoreña, para encontrar mejores oportunidades laborales y sociales que no
tenian en el campo (ya que de acuerdo a la cultura patriarcal latinoamericana,
las mujeres en la zona rural no eran sujetas a recibir herencias en esos
tiempos) esto aunandose al problema social de la Guerra, que por cierto
afectaba más en las zonas rurales del país.
Segundo, la tenacidad de estas mujeres que con
un nivel mínimo de educación fueron capaces de embarcarse en la aventura de
dejar a sus familias y desempeñarse sobre todo en el servicio doméstico de
familias acomodadas, diplomáticas o representantes internacionales que
radicaban en el país debido al conflicto armado el cual ultimamente conllevo a
otro tipo de proceso migratorio esta vez en el exterior. Las familias de las
cuales hablamos, radicaban en el país por unos años pero evidentemente debían
regresar a su país de origen y en muchisímos casos regresaban a Washingtn DC,
la capital del poder. Estas familias resolvían incorporar a estas mujeres y
llevarselas consigo, en muchos casos apadrinando su legalización debido a
presiones políticas generadas en ese
momento. Como se observa, fueron las mujeres las que iniciaron el viaje a esta
nueva vida de ‘’oportunidades’’ y como es evidente lo hicieron desde un
estracto inferior en la sociedad estadounidense, lugar social del cual ha
costado salir. A consecuencia de sus
status legal, estas mujeres fueron capaces de traer a muchos de sus familiares
donde entablaron una red en el negocio de la limpieza y servicios domesticos,
oficio predominante hasta hoy en día.
Bueno vamos a la parte dolorosa de
todo esto, habiendo puesto en context porque Washingtong es un destino ideal
par alas familias salvadoreñas es preciso entender que las personas y en
especial mujeres de origen latinoamericano que viven en este país suelen
generalmente tener de dos a tres trabajos, sin mucho tiempo para respirar y
dedicar a sus familias, por supuesto las mujeres y la gente que vino en los
80’s no se comparan a los recien llegados que apenas y son capaces de encontrar
trabajo mal remunerado que solamente sirve para remesas y para medianamente
mantenerse en este país cuyo costo de vida es muy por encima de lo que ellos
ganan, sin tomar en cuenta el costo médico que les conlleva si se llegan a
enfermar, principalmente porque estas mujeres tampoco tienen seguro medico lo
cual es altamente riesgoso trabajando como trabajan. Muchas de estas recien
migrantes, no han sido capaces de traer a sus familias porque sus condiciones
no son las de los ochenta y muchas de ellas no han venido a causa del ‘’boom’’ migratorio de esos
tiempos, en otras palabras han llegado donde las puertas han sido previamente cerradas,
uno de los sacrificios a los cuales se someten es casarse con hombres con
estatus legal que en varias ocasiones han mostrado abusos no solamente físicos
pero también psicológicos; de lo contrario viven solas y si son capaces de rehacer
una familia son familias efimeras y como ven en muchos casos poco saludables. Personalmente, soy de la zona oriental de El
Salvador y es bastante contrastante ver la manera como las mujeres trabajan en
este lugar en oficios de limpieza para mantener a sus familias, y como estas
familias desarrollan una percepción falsa de la vida en Estados Unidos; despilfarrando
el dinero en en cosas poco productivas sin miras a un futuro financieramente seguro para la famila en general. El trabajo de 12 horas
diarios es desvirtuado y observado de una manera meramente superficial y en
pocas palabras poco apreciado por los miembros de la familia. Lo irónico de
estos casos es que si bien es cierto los hijos de estas mujeres no contemplan
los esfuerzos de sus madres, también son
llamados en largo o mediano plazo a migrar debido a que las condiciones del país
parecieran estar enmarcadas en ese rubro ‘’exportacion humana’’ para la
devolución en remesas de dividendos en última instancia mal invertidos. Estas
situaciones como ya es un común se atribuyen a pobreza, inseguridad y falta de
trabajo digno en otras palabras falta de promoción económica y social del
gobierno (de cualquier gobierno de izquierda o derecha da igual el resultado
parece ser el mismo)
Como podemos ver es una cadena que
no necesariamente debe concentrarse en la familia y en la culpabilidad de como
ellas son capaces o no de cuidar lo que poseen sino mas bien es cuestión de
observer la irresponsabilidad gubernamental. Primero a modo general, se debe ver
la inexistencia de alguna clase de garantía laboral para areas de alta
proporción de exportación de ‘’capital humano’’ como la zona oriental del país,
olvidada desde hace muchos años. Segundo, si la idea del gobierno para crecer y
sobrevivir economicamente es este ‘’honorable’’ rubro al menos debería de
preparar a los candidatos al ‘’exilio’’ para un mundo lleno de competitividad.
Para una mínima referencia, se
puede ver como la Universidad de El Salvador sigue siendo una de las
universidades latinoamericanas de menor presupuesto, la misma Universidad que
saca como mínimo 800 estudiantes cada graduación (3 ó 4 graduaciones anuales).
Como ex-alumna de la UES es ridículo pensar, primero que nosotros estamos bien
preparados, en otras palabras la calidad de la educación salvadoreña esta muy
por debajo de lo que se necesita para competir internacionalmente. Además,
considero que el país parece no tener la capacidad de absorber a tantos
‘’profesionales’’. En pocas palabras y para concluir esto que comenzo con el plantemiento
de una simple conversación, perdonen como me extiendo pero espero comprendan,
pienso que El Salvador y su gobierno (sea quien sea) tiene que tener en cuenta
estos aspectos que sufren la gente que ‘’exporta’’ como cualquier producto
diseñado para obtener ganancias las cuales se reflejan en la alta y descarada
dependencia de remesas, así como también debe adquirir responsabilidad de haber
exiliado y quitado el privilegio de vivir crecer y prosperar sin necesidad de
salir de su país a ciudadanos salvadoreños, por supuesto a menos que lo
quisieran por razones personales, pero ese no es el caso de muchos salvadoreños,
sino estos no formarían micro-comunidades que refleje lo que dejaron atrás, es
evidente que muchos estan aquí porque la estructura económica y social asi lo
quizo, es tiempo de hacer valer a los miles y miles de gentes que se encuentran
en el limbo del exilio económico involuntario.
Paola Bichara
Bibliografía
Repak, T.
(1995). Waiting in Washington: Central American Worker's In The Nations
Capital. Temple University Press.
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